En esa obscura y misteriosa noche, no se encontraba
nadie más en la calle, esa calle fría con ese resoplido tan misterioso, un
viento que me daba frío y terror, un viento que acariciaba mis pies, un viento
que enfriaba mis pies como si estuviesen desnudos en agua fría.
Esa
misteriosa calleja, una calle, que creo era más bien un callejón, puesto que no
se encontraba nada más atrás mío, solo una inmensa obscuridad que sentía no me
llevaría a ningún lado. Del otro lado podía ver la tenue claridad de las lejanas
lámparas de la calle, yo solo quería esconderme, no se porque, pero quería
hacerlo.
Recuerdo me
encontraba sentado abrazando mis piernas detrás de los botes de basura,
cubriéndome por encima con grandes y hediondas bolsas negras llenas de algo
suave que olía terrible. Yo solo quería estar ahí hasta sentirme seguro de
salir, pero no, sentía que el terror del que huía se acercaba más y más a mi
pobre ser.
Solo
recordaba, esa escena en la cual solo iba caminando al atardecer, por una calle
de piedra ahogada rodeada de terrenos baldíos llenos de maleza y lámparas que
se estaban encendiendo, cuando de repente, sentí algo, sentía que algo o
alguien venía tras mío, que me seguía caminando, y no lo hacia con buenas
intenciones.
Solo pude
sentir terror, me sentía tan indefenso y asustado que solo me eche a correr sin
observar atrás, sentía que no necesitaba hacerlo, que sería inútil hacerlo.
Solo corría a done estaban las casas que parecían amontonadas en el cerro,
quería ayuda, o creí que la quería.
Solo corría
podía ver a mi alrededor como caía la noche, como lo único que me acompañaba
eran las amarillentas luces de la calle, me asuste al llegar a una pequeña
glorieta, que no era más que un circulo de cemento con aros concéntricos hechos
de ladrillos enterrados en el, las casas, todas abandonadas, sucias, con los
cristales rotos, sin señales de vida, ni siquiera de ratas o cucarachas, solo,
solo con el viento y su resoplido acosador.
Solo me
quedaban cuatro vías, correr a la izquierda, la dirección del centro del
pueblo; a la derecha, donde solo sabía que se encontraba la presa y mas casas
solas; hacia enfrente, seguir subiendo el cerro y bajar intentando cruzar para
llegar a mi colonia, a mi calle, a mi casa; o quedarme parado esperando esa
cosa, esperándole.
Me sentía
confundido y sorprendido por la intensa soledad que me rodeaba, solo estaba el
aire, hasta que sentí que eso se acercaba, lento, pero se acercaba, y sin
pensar, cerré los ojos y me eche a correr, solo me interné hacia donde había
mas casas, esperando ver a alguien, a algo que me asistiese. Pero no, solo
encontré más perdición, solo entré a un lugar que desconocía, me sentía como un
cangrejo entrando a la cueva de parto de un pulpo.
Solo corrí,
corrí y corrí, sentía como la calle se achicaba, como las casas se juntasen
como queriéndome aplastar, solo quería sentirme seguro, y cuando sentí que me
alejaba de esa cosa, que no sentía ya más se presencia, solo pude ver el
continuar de la calle, continuaba hacia la luz, hacia donde parecía esta habitable,
cuando en un impulso, di vuelta en el callejón obscuro, y me escondí entre la
basura.
Y solo me
quede ahí lleno de terror, un terror paralizante, recordando una y otra vez mis
actos desde que le sentí, recorriendo en mi mente el camino una y otra vez, era
incapaz de pensar en otra cosa, y solo cerré fuertemente mis ojos, los cerré
sintiéndome que así todo cambiaría.
Sentí brotar
lagrimas de mis ojos, como fluían por mis mejillas y llegaban hasta mi boca,
donde podía probar su salado y refrescante sabor, sin dudar, me cubrí la boca,
para evitar que algún ruido de mis sollozos se me escapase y diese señas de
donde me encontraba.
Ahora solo
pensaba “déjame en paz, no me sigas, deja ya, te lo ruego”. No se por cuanto
tiempo llore, pero sentía el agotamiento de sollozar, de correr, de todo, y caí
en un sueño, un sueño envuelto en miedo, en preocupación, no me quería dormir,
quería estar seguro de que eso ya no estuviese, pero no podía más, y a pesar
del hedor vomitivo, de la frialdad del aire, de mi gélido sudor que cubría todo
mi cuerpo, de las lagrimas que llenaban mi boca, del terror que me perseguía, a
pesar de todo ello, me quede dormido.
NO POR
FAVOR, ALEJATE DE MI, NO ME SIGAS MÁS, POR FAVOR, TE…
LO IMPLORO… DEJAME…
DEJAME…
D.A.P./CVB